carta de bienvenida

 Octubre 2020

Queridos parroquianos de Santa Rosa de Lima,

CARTA A LOS PARROQUIANOS:

Saludos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Estoy encantado de estar aquí como su nuevo párroco desde el 1 de agosto de 2020. Agradezco a nuestro obispo, el Reverendísimo John Noonan por concederme el privilegio de servirle a usted, el distinguido Pueblo de Dios en Poinciana y Kissimmee, Florida. Poco a poco, con el paso del tiempo y por la gracia de Dios, iré conociendo mejor a cada parroquiano y ustedes me conocerán mejor a mí también.

Estoy entusiasmado con el progreso que nuestra parroquia ha logrado hasta ahora y con las oportunidades que el Señor nos brinda para trabajar juntos por el avance de las buenas nuevas. Todos estamos emprendiendo un hermoso camino de fe, esperanza y amor al servicio del Señor. Es una relación de interdependencia como miembros del único Cuerpo de Cristo. Todos son muy importantes, una celebridad espiritual. Nuestra diversidad es una bendición asombrosa, que fomenta la experiencia de la universalidad de la Iglesia.

Así como unos pocos fueron salvados a través del Arca de Noé (cf. 1Pedro 3:20), todos estamos en el Arca de Cristo, la Iglesia del Dios Viviente, manteniéndonos a salvo de las destructivas ‘olas’ e ‘inundaciones’ de confusión, indiferencia y falta de fe en el mundo.

Compartimos una responsabilidad colectiva por el desarrollo y mantenimiento continuos de nuestro campus. Por favor, que nadie se siente en las afueras; todos somos compañeros en el progreso. El aporte de cada uno de nosotros, en tiempo, talento y tesoro, es vital y necesario para el éxito de nuestra misión colectiva al servicio del Reino. En palabras de San Pablo, “Cada uno debe hacer lo que ha decidido, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Y Dios puede darte toda bendición en abundancia, para que siempre tengas suficiente de todo y proveas en abundancia para toda buena obra” (1Cor 9: 7-8).

Como su pastor, prometo servir al SEÑOR EN USTED en oración, dedicación, humildad y amor. Con este fin, hago de las palabras de San Pablo a la Iglesia de Corinto mis palabras a la Iglesia de Santa Rosa de Lima en Poinciana / Kissimmee: “De buena gana entregaré lo que tengo y hasta me entregaré a mí mismo, para el bien de ustedes” (2 Cor 12:15). Que Dios los bendiga a ustedes y a sus hogares, les conceda buena salud mental y corporal y los conduzca a mayores logros en su servicio, por medio de Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Emmanuel